La ciencia y tecnología en Guatemala se desarrolla cada vez más, gracias a emprendedores que desde sus estudios universitarios se han trazado metas en beneficio de la sociedad.

Aquí te presentamos cinco guatemaltecos que han sobresalido en este campo y que han puesto el nombre del país en alto con sus inventos e innovaciones, para que te sintás inspirado y que veás que no hay nada imposible:

Edwin Daniel Gamboa

Es un ingeniero mecatrónico de 26 años construye drones según necesidades especí­ficas. Durante sus estudios, tuvo contacto con robótica y controladores, y vio el potencial de estas herramientas.

Aunque es importante que en el país se desarrolle cualquier tipo de tecnología, el diseño y construcción de drones permite dar soluciones específicas a problemas concretos de la realidad nacional. “Con un dron es posible navegar desde Huehuetenango a Nebaj, Quiché, en cuestión de 25 a 30 minutos, cuando en un vehículo este trayecto representa dos horas”, dice.

La idea de Edwin es que en mediano o largo plazo este tipo de aparatos se puedan ensamblar en comunidades sin fuentes de trabajo estable. “Fabricarlos en Guatemala no significa que sean de menor calidad, sino que se ahorran gastos de importación”, añade.

Actualmente se desenvuelve como director de tecnologí­a de la empresa Innovación y Desarrollo de Ingeniería.

 

Edgar Duarte  

Tiene 28 años y se graduó de la Universidad del Valle de Guatemala en Ingenierí­a Mecatrónica. Es el inventor del Waterbot, un dispositivo portátil que analiza la calidad de agua.

La idea nació de conversaciones con su socio Chris Richter, que trabaja en la industria de tratamiento de agua. “Juntos decidimos diseñar un dispositivo que pudiera alertar en tiempo real a un usuario acerca de la calidad de agua de su hogar”, explica.

La patente de su invento está en proceso. Aún no ha sido lanzado al mercado, pero está buscando la comercialización del dispositivo con empresas que manufacturan equipo de tratamiento de agua.

Actualmente se dedica al diseño de sistemas de automatización en la compañía Regal Beloit Corporation, en Milwaukee, Wisconsin, EE. UU.

 

Andrea Lara  

A sus 26 años es directora de maestría en Ingenierí­a Biomédica, la primera en Guatemala, en la Universidad Galileo. Estudió su maestría en Ingenierí­a Biomédica en la Universidad Lübeck, Alemania y laboró como investigadora del Departamento de Sistemas Informáticos de Salud en el Instituto de Investigación Alemán Fraunhofer.

Fue parte de DigiPhobie, un proyecto acerca de la utilización de realidad aumentada y monitoreo de señales fisiológicas para el tratamiento de fobias. “Estoy en búsqueda de proyectos que puedan mejorar las condiciones de los hospitales y centros de salud del país, además de fomentar la investigación cientí­fica en la comunidad estudiantil”, dice.

En el 2014, creó la app GlucoTrack, para que pacientes y médicos tengan mejor control de la diabetes.

Actualmente es presidenta de la rama Women in Engineering (IEEE-WIE, sección Guatemala), una de las organizaciones profesionales más grandes a nivel mundial dedicada a promover a científicas.

Ken Lou

Ken Lou Castillo tenía 9 años cuando se convirtió en el inventor más joven de Guatemala, al patentar Mr. Fuego, un leño ecológico hecho de materiales reciclados que al prender en llamas no daña el medio ambiente ni es perjudicial para la salud.

Por su beneficioso invento, Ken, ahora de 23 años y estudiante de comunicación, ingresó en la Comisión de Inventores de Guatemala y recibió la Orden Érick Barrondo para la Juventud 2012.

“Tuve una idea y la cumplí. Luego se convirtió en la necesidad de encontrar algo que ayudara a los demás”, dice Ken, a quien le preocupa la situación ecológica del paí­s.

La recepción del producto en el mercado ha ido aumentando con los años y ahora se distribuye a otros países.

 

Juan Esteban Gramajo

Tiene 28 años y estudió Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Aeroespacial de Samara, en Rusia, y una maestría en Estudios Espaciales, en la Universidad Internacional del Espacio, en Francia.

“Desde pequeño mi sueño fue todo lo relacionado con el espacio. Luego, quedé asombrado al ver las fotos captadas por el telescopio espacial Hubble, que me llevó a seguir este camino. Todo comenzó con una beca para estudiar en Rusia”, dice Juan Esteban.

“Guatemala necesita proyectos de alta tecnologí­a. Veo el proyecto Quetzal-1 (primer satélite del paí­s) como un primer paso para que en un futuro podamos convertirnos en productores de productos de alta tecnología”, asegura.  Además, dice que le gustarí­a que la gente pudiera ser consciente de que el estudio del espacio representa una infinidad de beneficios para todos, y no un derroche de dinero.

Actualmente trabaja como ingeniero en Sistemas Satelitales en el desarrollo del satélite SES-17, en la fábrica de Thales, en Cannes, Francia, de la Empresa Operadora de Satélites, ubicada en Luxemburgo.

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