Tus e-mails son una herramienta perfecta para robar tus datos y saber todo de vos. ¿Sabías que a este ataque se le conoce como phishing y se ha incrementado en los últimos meses? Para que te des una idea, uno de cada diez usuarios es víctima de esta forma.

¿Por qué no nos damos cuenta?

Estos ataques muchas veces vienen respaldados bajo la apariencia de comunicaciones de grandes empresas. Por eso debés fijarte en el destinatario, el número de remitentes o desconfiar de archivos adjuntos e hipervínculos extraños para evitar ser una víctima más.

A continuación te presentamos seis consejos antes de abrir o recibir un correo de dudosa procedencia.

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1.Fijate en el emisor del mensaje: la mayoría de ataques de phishing proviene de personas desconocidas. Antes de abrir cualquier mensaje, revisá de dónde procede. También conviene prestar especial atención por si hay algo extraño en la dirección, como una “o” donde debería haber un cero, o letras mal ordenadas.

2.Mirá a quién se ha enviado el mensaje: comprobá cuánta gente ha recibido el mismo mensaje. Si no son conocidos, lo mejor es no abrirlo y eliminarlo.

 

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3.Coherencia en el Asunto: los mensajes que recibás, ya sea de empresas o de trabajo deben relacionarse con la actividad que realizás. Un correo con muchas incoherencias es muy probable que contenga malware.

4.Analizá la hora de envío: ¿Hay en tu bandeja de entrada mensajes que no correspondan con los horarios normales de trabajo o estudio? Desconfiá siempre de estos emails.

5. Eliminá los que contengan archivos adjuntos e hipervínculos extraños: la mayoría de ataques de phishingincluyen enlaces y archivos adjuntos fraudulentos. Son la puerta de entrada para los hackers, quienes acceden a tu información por medio de estos enlaces.

6. Contenidos alarmantes: los correos urgentes que requieren una acción inmediata muchas veces son ataques. Te recomendamos no abrir estos correos con carácter de urgente, a menos que corrobores la información de quien te lo envía.

Lo mejor es que no respondás ni abrás ningún link sin conocer al remitente.

 

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Por Gerber Consuegra