¿Te gustan las mascotas? Entonces este cnsejo es para vos, especialmente si ya tenés una en casa y ahora existe la posibilidad de tener una más.

Quizás ya tenés un perro, que son una especie más social y que suelnn disfrutar de la compañía de las personas.

O tal vez tenés un gato, que a veces le gusta que lo acaricien pero otras, no; o bien, duerme durante horas en el sillón.

Si estás pensando que en casa llegue uno de ellos para acompañar a una de tus mascotas, tomá en cuenta que los perros y gatos son diferentes pero no enemigos.

Para que lo tomés en cuenta, aquí te dejamos tres consejos de qué es lo que deberías aplicar al momento de que se conozcan.

1 – Comprender sus diferencias y guiarlos

Los perros son una especia que está acostumbrada a estar en manada, que no siempre tiene que ser otro perro sino también una persona.

Los gatos, en cambio, disfrutan de estar solos, a excepción de cuando están en etapa de aparamiento o son crías.

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Entonces, como persona de la casa, se debe acompañar a ambos animales para que mantengan esas diferencias y no traten de incomodar al otro.

Los perros seguirán las instrucciones del líder de la manada, mientras que los gatos también sentirán estima por quienes les dejen estar sin sentirse estresados.

2 – Respetar los espacios

Al ser solitarios, los gatos tienden a elegir espacios donde se sienten cómodos: un sillón, un mueble, un lugar alto… Cuando alguien u otra mascota les molesta, se sienten incómodos.

A los perros también les molesta que les interrumpan en momentos como durante la hora de la comida. A la hora de comer, los alimentos deberían estar en diferentes espacios para evitar conflictos.

De igual forma, cuando un animal nuevo llegue a casa, se debe apartar al nuevo para que despacio conozca los lugares

3 – Tener paciencia

Por último, pero no menos importante, es que se debe tomar en centa que el proceso podría durar días o hasta semanas.

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El contacto inicial debe ser acompañado, pero progresivamente habrá otro tipo de experiencias en las que también debe haber supervisión.

También se debe tomar en cuenta que los animales sienten las emociones de las personas. Si los humanos están tensos, lo percibirán. Por lo que se recomienda estar tranquilo para que esa interacción también lo sea.