Bajar de peso y tener una condición física saludable es algo que todos anhelan y hay quienes lo logran a base de esfuerzo y sacrificios, a otros se les olvida su meta, pero definitivamente hay quienes lo toman demasiado en serio y se obsesionan con la idea de adelgazar a como dé lugar, llevando su dieta y actividad física a niveles extremos, poniendo en peligro su vida.

Estas conductas generadas por el miedo a ganar libras de más crean trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, que son los más comunes.  Pero, ¿sabés en realidad en qué consiste cada uno y cómo pueden dañarte? ¡Aquí te lo explicamos!

Las personas con anorexia sienten mucho miedo a engordar y dejan de ingerir alimentos, pasando largos períodos de ayuno. Estas personas se sienten bien estando delgadas y ni siquiera se dan cuenta que han bajado excesivamente de peso.

Por otro lado, quienes padecen  bulimia se sienten muy insatisfechos y frustrados con su apariencia física. A diferencia de la anorexia, estas personas sí se alimentan, pero inmediatamente se autoprovocan vómitos o usan medicamentos como laxantes o diuréticos para lo expulsar lo que comieron. Están tan obsesionados con perder peso que creen que solo así obtendrán la figura perfecta.

En cualquiera de los casos, la persona experimenta un fuerte sentimiento de culpa cada vez que come y como los síntomas suelen presentarse de manera silenciosa, es muy probable que no te des cuenta si alguno de tus amigos está pasando por esta situación. Fijate bien si notás alguno de estos cambios de conducta o aspecto físico:

  • En las últimas semanas ha tenido una baja de peso significativa sin razón alguna.
  • Ahora realiza más actividad física que de costumbre.
  • Utiliza ropa muy ancha u holgada.
  • Presenta constantes cambios de ánimo (triste, frustrado, pesimista, enojad@).
  • Evita salir a recreo y ya no quiere comer con los demás compañeros.
  • Va al baño en reiteradas ocasiones después de comer.
  • Falta a clases sin razón alguna.
  • No lleva refacción ni almuerzo.
  • Pregunta a cada instante por su aspecto físico.
  • Está más irritable porque te cuenta que duerme menos.
  • Muestra desinterés por cualquier tipo de actividad, incluso las que antes le gustaba hacer.
  • Le cuesta concentrarse y que se le queden las lecciones.

¿Encontraste 6 o más de estos síntomas? Estas son algunas cosas que podés hacer para poyar a tu amig@.

Comentalo con un adulto responsable

Poné en aviso a algún maestro de confianza u orientador vocacional acerca de los síntomas que has notado en tu amig@ para que por medio de las autoridades del colegio se pueda canalizar la mejor forma de ayudarlo, no solo con tratamiento médico sino también psicológico, que es el más importante.

Brindale tu apoyo incondicional

Las personas que sufren estos desórdenes buscarán que la sociedad apruebe su comportamiento. Demostrale cada vez que podás tu amistad y cariño, y hacele ver que ese comportamiento auto-destructivo también afecta a quienes le rodean y quieren verl@ bien.

Nunca l@ avergoncés o culpés por su situación

De esta forma no lo estarás ayudando. Evitá hacer comentarios en público respecto a su problema o su aspecto físico porque solo conseguirás que se aleje de vos.

Sé un ejemplo

Alimentate bien, comé de forma balanceada y ejercitate de manera normal, así le demostrarás que te ocupás de tu cuerpo, pero de manera saludable.

Tené paciencia

Puede resultar muy frustrante para vos el preocuparte por el bienestar de tu amig@ y que te devuelva una mala actitud cada vez que le hablás del tema. ¡Calma! Con mucha paciencia podrás comprender la gravedad del malestar que sufre.

Buscá distraerl@

Alejarl@ de sus problemas será un gran alivio y ayuda; hablale de todo lo que pasaron en el día, vayan a sus lugares favoritos, vean películas y si podés, enviale un mensaje o llamal@. Esto le motivará y será de gran ayuda.

Fuentes: nutricionista Rosa María Mendoza, rosamen90@hotmail.com; nutricionista Gabriela Pérez, gabyaraujo580@hotmail.com