Actualmente el uso del teléfono móvil es casi imprescindible en nuestra vida diaria. Tan es así que no lo dejamos en ningún momento y si por alguna razón llegáramos a olvidarlo, nos sentimos tan incómodos y desesperados que pareciera que su uso ha generado una adicción que puede llegar a ser enfermiza.
A consecuencia de esto tenemos la costumbre de no apagarlo en ningún momento del día y hasta dormimos con él. Este hábito puede ser muy perjudicial para tu salud, y aquí te contamos por qué.
Los smartphones emiten una gran cantidad de radiaciones electromagnéticas debido a que constantemente reciben la información que ves a diario por medio de una red invisible a la que están conectados las 24 horas.
Estar expuesto a estas radiaciones es sumamente peligroso y para nada aconsejable ya que puede llevarte a padecer de pesadillas, a no lograr conciliar el sueño y despertarte una gran cantidad de veces durante la noche.
¿La razón? Estas radiaciones causan una alteración en el sistema de autorregulación de ciertos procesos, como el del reloj y los ritmos biológicos establecidos por el mismo organismo para dormir.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado en recientes investigaciones que estar en constante exposición a los aparatos electrónicos en general (no solo los móviles) puede aumentar las posibilidades de padecer cáncer. Esto se puede confirmar por un caso registrado en Italia en donde se diagnosticó el primer tumor cerebral causado por hablar más de 4 horas al día por el celular.
Esta razón es más que suficiente para que tomés en cuenta algunas recomendaciones:
Si el móvil te sirve como reloj despertador es conveniente mantenerlo apagado y dejarlo en una silla o mesa de noche que esté aproximadamente a dos metros de tu cama. Por lo general los teléfonos incluyen la opción de activar la alarma incluso si están apagados.
Otra opción si no querés apagarlo por si alguien quiere comunicarse con vos por alguna emergencia es dejarlo en otra habitación, como la cocina o la sala, pero antes tendrás que activar los sonidos. Si de todas formas insistís en dormir cerca del teléfono desconectá al menos los datos móviles y apagá la conexión a Internet o WiFi, por las radiofrecuencias que este sistema emite poniendo en riesgo tu salud cada noche. Además, los expertos indican que por lo menos el móvil debe estar a un metro de nuestro cuerpo mientras dormimos.
Algo muy importante que tenés que tomar en cuenta es que nunca debés dejarlo cargando en tu propia cama mientras dormís ya que se han reportado muchos casos de personas que se han quemado el rostro o las manos por una sobrecarga y posterior incendio de sus dispositivos. Las almohadas están fabricadas con un material que entra en combustión muy rápidamente y esto nos pone en peligro mientras dormimos ya que no somos conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Dejar de dormir con tu teléfono es un cambio que requiere de toda tu atención y puede costarte mucho esfuerzo mientras te habituás a alejarlo de vos, en especial si te provoca estrés y ansiedad chequear tu correo y revisar las noticias de las redes sociales cada vez que te llega una notificación. ¡Pero no te preocupés! Verás que a la larga, este cambio de hábito te traerá consecuencias muy positivas quitándote el estrés, insomnio, falta de concentración, pesadillas y dolores de cabeza y te hará rendir mejor en tus estudios.
Así como sucede con el teléfono, debés apagar y desconectar televisores y ordenadores que tengás en tu habitación para evitar cualquier tipo de frecuencia o radiación que llegue a interrumpir tu sueño y que podás descansar lo mejor posible para mantener tu salud en óptimas condiciones.