Encontrar un labial que realmente nos encante no es nada fácil. Por eso, cuando se parte en dos o notamos que eso está a punto de pasar, nos da una especie de paro cardíaco. ¿Te suena familiar?
Si vos no querés gastar en un labial nuevo, pero tampoco querés dejar de usarlo, seguí estos pasos:
¿Qué necesitás?
- Refrigeradora
- Encendedor
- Gel para las manos
- Toalla limpia
Lo primero que debés hacer es asegurarte que tus manos y el lugar donde vayás a trabajar estén súper limpios. Esto evitará que el labial se llene de partículas de polvo u otras cosas que puedan contaminarlo.
Si aún no se ha caído, remové la parte rota de tu pintalabios.
Calentá la superficie del labial con tu encendedor a 1 centímetro de distancia, como si fuera una candela. Es importante que no pongás la llama directamente en el labial porque podrías quemar el plástico de su empaque.
Cuando veás que la superficie está derretida, juntala con el trozo que se desprendió y volvé a calentar el área de la unión para que vuelva a ser una sola pieza.
Cerrá el labial y metelo al refrigerador por dos horas.
Cuando lo saqués de la refri, esperá a que llegue de nuevo a temperatura ambiente para volverlo a usar.
Ahora que ya sabés este truco, contale a tus amigas y olvídense de tener que despedirse de sus labiales favoritos.